Las API están en el corazón del software moderno. Desde aplicaciones móviles hasta sistemas empresariales, permiten que distintas plataformas se comuniquen entre sí, compartiendo datos y funcionalidades sin necesidad de que un usuario intervenga directamente. Su papel se ha vuelto fundamental en la integración de sistemas, la automatización de procesos y la escalabilidad de las soluciones digitales.
Una API (Application Programming Interface) es un conjunto de reglas y definiciones que permiten que dos sistemas interactúen. Actúa como un puente entre aplicaciones, permitiendo que una aplicación “pregunte” a otra por información o le solicite una acción específica. Esta comunicación se produce mediante llamadas o peticiones, normalmente a través de internet y siguiendo protocolos como HTTP o HTTPS.
Por ejemplo, cuando una aplicación de reservas accede al calendario de Google para comprobar disponibilidad, lo hace a través de una API. Esto permite que cada sistema conserve su independencia, pero funcione en conjunto con otros sin duplicar funcionalidades.
En el contexto empresarial, las API permiten integrar diferentes soluciones tecnológicas, reducir costes de desarrollo y mejorar la eficiencia operativa. Algunos de los usos más comunes incluyen:
Esta capacidad de interconexión es fundamental para el desarrollo ágil y escalable de soluciones digitales.
No todas las API son iguales. Existen diferentes tipos según su nivel de acceso, tecnología o uso. Los más comunes incluyen:
Además, se pueden clasificar también por su arquitectura: REST, SOAP, GraphQL, entre otras.
Algunos ejemplos cotidianos donde las API están presentes sin que el usuario lo note incluyen:
Estas integraciones permiten a las empresas ser más ágiles, escalables y centradas en el usuario.
El enfoque modular que permiten las APIs es clave para el desarrollo de software moderno. En lugar de crear sistemas monolíticos, se pueden construir soluciones basadas en microservicios que se conectan entre sí a través de interfaces bien definidas. Esto facilita las actualizaciones, pruebas, mantenimiento y escalabilidad.
Además, este tipo de arquitectura es ideal para entornos low code, donde se busca construir aplicaciones rápidamente a partir de bloques funcionales ya disponibles.
Cuando una empresa necesita integrar múltiples fuentes de datos o servicios externos, la disponibilidad de APIs es esencial. Academias de desarrollo como Flexygo Academy enseñan precisamente cómo usar estos conectores para agilizar la construcción de soluciones sin partir de cero.
Gracias a su enfoque visual y su capacidad de integración mediante APIs, herramientas como las que ofrece Flexygo permiten automatizar flujos de trabajo, conectar sistemas dispersos y mejorar la experiencia digital del usuario, sin depender exclusivamente de equipos de desarrollo tradicionales.
Por ejemplo, puedes ver cómo se complementa esta lógica con otras tecnologías relacionadas en este artículo sobre sockets y su uso en tiempo real, otra pieza clave para entornos interactivos y conectados.
Aunque las API no siempre son visibles para el usuario final, su rol en el funcionamiento de aplicaciones y sistemas es insustituible. Permiten que los procesos empresariales se automaticen, que las plataformas se integren y que los negocios escalen sin fricciones.
Incorporar soluciones como las desarrolladas por AHORA con Flexygo permite a las empresas modernizarse de forma rápida, eficiente y sin tener que reinventar la rueda. Y todo empieza, precisamente, por saber qué es una API y para qué sirve.
Socio fundador y CEO de AHORA
David Miralpeix es considerado el ideólogo de flexygo. Esta herramienta Low-code con IA integrada es el resultado de más de 33 años desarrollando software y liderando proyectos en sectores tan dispares como la Banca, Seguridad, Gabinetes jurídicos legales, Fabricación, Producción, Distribución, Servicios, Promoción, Calidad y Comercialización Inmobiliaria.